Debemos dimensionar el impacto de las redes sociales en la vida cotidiana en la manera en que nos permite estar en contacto en forma constante, subir fotografías, mencionar dónde estamos, a dónde trabajamos o estudiamos. Compartimos con conocidos o desconocidos una decena de acciones que realizamos en forma cotidiana sin tal vez percatarnos de las consecuencias que ello podría suponer para nosotros.
En la actualidad, tomarse una fotografía y compartirla en diversas plataformas como redes sociales o servicio de mensajería instantánea, lleva tan solo segundos. Antes de que publiques tu próxima fotografía sería conveniente que te cuestiones lo siguiente:
¿Quién puede ver mis fotos?
Cambiá los ajustes de privacidad de las fotografías que normalmente vienen por defecto en las redes sociales, de esta manera podrás controlar quién puede ver lo que publicás.
¿La fotografía contiene información personal?
Tal vez no quisieras que en tus aparezcan datos personales como la dirección de tu casa o puntos de referencia fácilmente identificables como, por ejemplo, un parque frente a tu casa.
¿Aparece mi geo-localización en la foto?
En algunas redes sociales o comunidades de fotografía las fotos incorporan mapas de localización. Controlá quién puede ver ese tipo de fotos o desactivá la opción para que, por defecto, otros no puedan ver dónde estás.
¿Actúa bien el resto de la gente?
Podés denunciar cuando veas que la gente trate mal a alguien o haga comentarios ofensivos, así los administradores podrían tener en cuenta y desactive los perfiles amenazadores.
¿Qué publica la gente?
Si de repente encontrás una foto que sabes que no debería estar ahí, ¡denuncialo! Así, el servicio podrá revisarla y quitarla si fuera necesario.
En resumen, las recomendaciones en una infografía
