Es importante tener en cuenta que la cantidad de información que generamos en Internet, se quedará allí a menos que eliminemos algunas cuentas en Redes Sociales, suscripciones a blogs, foros, etc. pero, ¿Qué pasa cuando la persona fallece? ¿Qué pasa de nuestros perfiles, de nuestros amigos y comunidades en Internet?
Comienza a plantearse los límites y las diferencias de la vida offline y online, una vida dentro y fuera de Internet. En el mundo físico podemos tener una profesión, amigos, un hogar y medios de comunicación, las mismas oportunidades podríamos tenerlas en el mundo virtual.
Según una encuesta, gran parte de los británicos dejarían sus contraseñas a algún familiar en caso de que mueran. Tal es el caso de una joven que pidió a su madre que se encargue de su cuenta de Twitter cuando muera y tal como pidió la joven, la madre escribió lo siguiente: ‘Soy Mª Riera, la madre de María. Cumpliendo con su deseo me toca lo más difícil del mundo, deciros que ella falleció anoche. Gracias a todos’.
LA joven sufría de una enfermedad y al morir, en su cuenta de Twitter ha recibido el último adiós de sus seguidores quienes sintieron su ausencia. El sitio ABC.ES catalogó esta acción como el primer funeral en la Red. Lo mismo ocurrió con la muerte de Steve Jobs que en el sitio oficial de Apple, han brindado la opción de compartir el último adiós a unos de los pioneros de la tecnología.
Así como tenemos una vida virtual, debemos cuidar nuestra reputación y la de los demás porque estaremos dejando huellas en el mundo online y offline. La vida es la misma, también las actividades diarias, lo diferente es la plataforma.