Cyberbullying es el uso de información electrónica y medios de comunicación como correo electrónico, redes sociales, blogs, mensajería instantánea, mensajes de texto, celulares, páginas web, entre otros, para acosar a un individuo o grupo, mediante ataques personales. Éste puede constituir un delito penal.
Reconocerás a un cyberbullying si el acoso o la agresión es frecuente, continuo y concurrente. El cyberbully conoce bien a la víctima, tiene destreza en internet, envía mensajes periódicos, manipula a otros para que acosen a la víctima, implica a terceros en el hostigamiento, confunde a la víctima, se apoya en el silencio de los testigos.
Los daños del cyberbullying son diversos, como por ejemplo angustia, ansiedad, preocupación. Atenta contra el autoestima de la persona, provoca desconfianza y aislamiento, además de insomnio y falta de apetito, también puede provocar deseos de morir o incluso el suicidio.
Si te sientes afectado de alguna forma con el cyberbullying, no dejes de hablar sobre el tema con tus amigos, tus padres y maestros. Elige una sola red social, una o dos cuentas de correo, controla las puertas de entrada. Escoge un “nickname” neutral, llena tu perfil con datos generales, nada de datos privados. No escribas cosas que no te atreverías a decir de frente.